Ilustrado por Cinthia Atoche @ilustracin
Corría el mes de marzo y llevábamos menos de dos semanas de aislamiento social, cuando una ilustración llamó mi atención. Se trataba de la que comparto hoy aquí con ustedes. Pertenece a Cinthia Atoche, conocida en sus redes como @ilustracin. Le escribí contando de este espacio y le pregunté si me permitiría compartirlo aquí. Accedió generosamente, y, por fin, puedo dedicarle el tiempo que merece.
Cinthia, como tantos otros ilustradores, historietistas y artistas, tiene muchísimo buen material publicado en redes, pero fue ESTE el que llamó mi atención. Sentí que me hablaba de frente, que me jalaba las orejas como un llamado de atención.
Cuando empecé este espacio en el 2014, lo hice para obligarme a escribir a modo de terapia, para sacudirme mucho de lo que sentía que me hacía daño y, principalmente, para darle la vuelta al mal rato y tratar de estar mejor cada día. Arrastraba mucho dolor y tristeza acumulada por años.
Antes de empezar con este espacio me angustiaba el mañana de manera extrema, ¿sería tan terrible como lo había sentido esos años previos? ¿qué pasaría luego? ¿y si no podía más? Llegué a un punto en el que me sentía atrapada, como en la época en la que me paralizaban los ataques de pánico y salir o hablar con alguien eran un reto inmenso. Entonces, me planté y dije ¡NO! ¡así no vuelvo a estar!, y se me ocurrió que podría ser una manera de sentirme mejor. Por entonces ya me había mudado a Buenos Aires y cursaba el segundo año del profesorado mientras trabajaba a distancia para una revista online de Singapur.
Empecé mucho más formalita y creo que con el tiempo ha ido evolucionando (como todo en la vida, ¿no?). Al inicio publicaba más seguido, pero con un poco de lejanía emocional, más «editorial» quizá. A medida que me fui relajando el lenguaje cambió de a poco, se hizo más fluido y personal. Los que siguen el blog desde el inicio seguramente lo han notado. Este espacio ha sido refugio, terapia, alegría, paz y abrazo, de tantas diversas maneras. Siempre lo pensé como un registro de mi propio crecimiento emocional y jamás imaginé que podría tocar a tanta gente. He recibido comentarios muy variados de personas que se sienten identificadas, que me cuentan que en secreto se han sentido como en alguna de las publicaciones; que les ha ayudado a poner en palabras sentimientos o pensamientos que tenían, pero no lograban reconocer; que les alivia ver que hay alguien más pasando por esto o aquello, y tanto, pero tanto más, que no deja de sorprenderme.
Este, aunque intermitente, es mi proyecto vivo más longevo. Evoluciona conmigo, fiel a mis estados de ánimo, mis batallas y preocupaciones. “Armando una vida mejor, un día a la vez”, dice el encabezado que desde el inicio acompaña el nombre de este blog, y, en tiempos en los que es fácil angustiarse y preocuparse por lo que será (con justa razón), esa viñeta de @ilustracin apareció en el momento preciso para recordármelo.
Espero poder seguir aquí, aprendiendo, acompañando y compartiendo, lo bueno y lo que podría ser mejor, pero siempre teniendo en mente que no sirve de nada vivir en un pasado que duele o en un futuro que no existe, vamos andando y construyendo, pasito a pasito… un día a la vez.
Mel en Construcción 